Cuando una empresa publica una oferta de trabajo puede recibir una gran cantidad de peticiones de los candidatos, y se convierte en un reto gestionar los currículums. Esto, además de hacer más complejo el proceso de selección, puede generar problemas en el tratamiento de datos personales. Te damos algunas recomendaciones para su gestión.
La recepción de candidaturas para cubrir una vacante puede suponer una alteración para la rutina de una empresa en lo que se refiere al flujo de información y gestión documental, sobre todo si no se cuenta en la empresa con un Departamento de Recursos Humanos a los que asignar esta tarea.
Si la oferta de empleo, como suele ocurrir en los últimos tiempos, genera una respuesta multitudinaria por parte de las personas que buscan trabajo, la empresa puede llegar a encontrarse con cientos de currículums llenos de datos personales en formato papel o digital, pero sin clasificar. Para evitar recibir muchos currículums conviene analizar bien el puesto de trabajo vacante antes de publicarlo en cualquier plataforma, para que lo que llegue sea realmente lo que estamos buscando.
Hay que prestar especial atención también a los requerimientos que vayamos a pedir. No es lo mismo buscar un perfil junior que un perfil senior. Cuanto más requisitos deba cumplir el candidato, es probable que menos candidaturas se presenten por dos razones:
En España, los derechos fundamentales al honor, la intimidad y privacidad personal y familiar y el secreto de las comunicaciones están protegidos mediante la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD). Esta norma afecta a todos los datos que hacen referencia a personas físicas registradas sobre cualquier soporte, y por eso las empresas deben ser muy cuidadosas en su cumplimiento.
Los currículums contienen información sensible acerca de los candidatos: datos personales y profesionales, a veces económicos (niveles de renta, derecho a incentivos), médicos (discapacidad) o incluso de otro tipo (hábitos, preferencias, aficiones y actividades).
Por ello, habrá que adoptar una de estas dos medidas:
La Agencia Española de Protección de Datos ofrece algunas recomendaciones para las empresas en este ámbito que pueden consultarse en su Guía de relaciones laborales.
Externalizar un proceso de reclutamiento tiene sus ventajas, como puede ser el ahorro de tiempo y recursos de la empresa. Al fin y al cabo termina termina siendo un ahorro de costes. Esto es lo que se conoce como BPO (Business Process Outsourcing), es decir, subcontratación de funciones de procesos de negocio a proveedores de servicios. Esto permite aprovechar el know-how de expertos, controlar y reducir los costes, incrementar la productividad y poner el foco en lo importante.
Si está barajando la posibilidad de dejar en manos de profesionales la selección de su personal o recurrir al outsourcing de RR.HH., éstas son algunas de las opciones que te planteamos.
Ya hemos visto que posibilidades hay muchas, tantas como personas en búsqueda activa de empleo o trabajadores en activo. Por lo tanto, la decisión de hacerse cargo de un proceso de selección, está en sus manos.
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