Tanto si ya has sido seleccionado para un puesto de trabajo o si te encuentras entre los candidatos finalistas para una vacante, es muy probable que la empresa te cite para comentarte con más detalle la vacante, la modalidad contractual, la jornada laboral, y plantear también la cuestión salarial. En esta fase, a todo candidato le surge siempre la misma duda: ¿cómo debo negociar mi sueldo?
Si estamos en la entrevista inicial del proceso de selección, todos tenemos claro que es preferible no tratar el tema del sueldo y mucho menos intentar negociar el sueldo en esta primera instancia. Por lo tanto, podemos evitarlo diciendo que preferimos esperar a que se resuelva el proceso de selección. También podemos argumentar que dependerá de los detalles del puesto a desempeñar o que no tenemos unas expectativas concretas, aceptando las condiciones ofrecidas por la empresa. Pero si ya te encuentras en la recta final del proceso de selección, o incluso si ya has sido seleccionado para la vacante, para negociar el sueldo correctamente te recomendamos que tengas en cuenta los siguientes principios:
Es decir, en una conversación sobre temas salariales debes tener muy clara la diferencia entre salario bruto y salario neto o líquido. Lo más recomendable es negociar el salario en bruto anual, es decir, lo que cobrarás anualmente sin descontar la Seguridad Social o IRPF (incluidas las pagas). De esta forma el salario negociado será 100% real, cosa que no ocurre con el salario neto o líquido, dado que depende del IRPF que te retengan.
Para que no plantees cifras poco realistas, ni a la alza ni a la baja, es fundamental que conozcas las retribuciones que se manejan en el sector al que pertenece la empresa, y para la vacante en concreto que nos están ofertando. También es importante conocer el convenio que aplica la empresa, dado que hay sectores que se ciñen estrictamente al convenio.
Reflexiona sobre los valores añadidos de tu perfil profesional (idiomas, disponibilidad para viajar, etcétera), y si éstos aportan valor para la empresa y para la vacante en cuestión, dado que los valores añadidos te pueden permitir negociar al alza con respecto a lo ofrecido por parte de la empresa.
Con toda la información que dispongas de los dos puntos anteriores, determina una cantidad mínima de salario que estarías dispuesto a aceptar y la cantidad de retribución óptima que cumpliría al 100% con tus expectativas. Este intervalo salarial te permitirá fijar las bases para la negociación con la empresa y te permitirá guiar la conversación para que no se desvíe de los intervalos en los que te puedes mover.
Por último, nunca te cierres puertas: no finalices la negociación sin mostrarte dispuesto a reflexionar sobre cualquier propuesta que te haga la empresa, aunque no entre dentro de tus expectativas, dado que en una segunda reunión de negociación se pueden lograr condiciones distintas a las inicialmente planteadas por parte de la empresa.
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