Aunque no siempre ha sido así, opositar se ha convertido en una de las mejores opciones a la hora de desarrollar una carrera profesional.

El mercado laboral privado es cada vez más precario, los sueldos son cada vez más bajos y la conciliación es cada vez más complicada. Todos estos factores, cuando se suman, dan como resultado que sean muchos los que quieran desarrollarse como profesionales dentro de la Administración Pública.

Sin duda, son muchos los motivos que te pueden empujar a opositar para un empleo público en España, pues sin duda las ventajas con que cuenta el funcionariado público español son muchas.

¿Por qué opositar para un empleo público en España?

Algunos de los motivos que llevan a los españoles a apostar por alguna de las plazas ofertadas en las ofertas de empleo público son los siguientes.

1. Facilidad para conciliar vida familiar, personal y laboral

Una de las razones por las que se apuesta por el empleo público es la facilidad para conciliar la vida familiar y la vida laboral, razón por la que, a mayor abundamiento, son en su mayoría mujeres las que optan a este tipo de trabajos.

El empleo público suele ser bastante flexible con el horario, además de tener una jornada laboral de siete horas y media. De hecho, los funcionarios públicos suelen trabajar únicamente por las mañanas en régimen de jornada intensiva, lo que facilita sobremanera disponer de más tiempo para dedicar a la familia o a otras tareas.

2. Estabilidad laboral

Aprobar una oposición tiene una ventaja importantísima: estabilidad laboral para el resto de tu carrera profesional. Esto quiere decir que, una vez se ha aprobado la oposición y se ha adquirido la plaza, solo en casos excepcionales el funcionario perderá la plaza que ha adquirido en propiedad.

Sin duda, el empleo público ofrece una mayor estabilidad laboral que el sector privado, lo que es especialmente atractivo, sobre todo en tiempo de incertidumbre económica.

3. Salarios nada desdeñables

Aunque la remuneración de un funcionario dependerá de muchos factores, entre los que se encuentran la plaza adquirida, el destino o la antigüedad, por norma general, los salarios de los funcionarios son proporcionales y justos y, en general, resultan atractivos.

Además, es importante tener en cuenta que los salarios se cobran de forma segura y periódica y que los funcionarios reciben un total de 14 pagas al año.

4. Permisos, licencias, excedencias y reducciones de jornada

Los funcionarios podrán solicitar permisos, licencias, excedencias y reducciones de jornada sin temor a perder su puesto de trabajo. En este sentido, los funcionarios que necesiten solicitar uno de estos permisos o reducciones no perderán su plaza en propiedad.

Además, los funcionarios cuentan con 6 días de permiso para cuidar de hijos o familiares que lo necesiten.

5. Vacaciones seguras y, a veces, de libre elección

Los funcionarios españoles tienen a su disposición un periodo de vacaciones del que podrán disfrutar de manera segura y, en muchos casos, de libre elección. Además, los funcionarios disponen de días de asuntos propios que permiten y facilitan la conciliación de la vida familiar y la vida laboral.

Otra de las ventajas con que cuentan los funcionarios es la acumulación de los días libres, siempre y cuando estos no hayan hecho uso de estos en el momento o plazo correspondiente.

6. Posibilidad de ascender por promoción interna

Adquirir una plaza en propiedad no significa estancarse y desempeñar el mismo trabajo o tener las mismas responsabilidades durante toda tu vida laboral. Nada más lejos de la realidad. De hecho, es posible ascender a través de promoción interna, aumentando de nivel.

La promoción interna en el sector público es justa e igualitaria, de forma que los ascensos no son arbitrarios.

7. Igualdad de género

Otro de los atractivos con los que cuenta el sector público es la igualdad de género que ofrece la Administración Pública. Es esta una de las razones por las que, en su mayoría, son mujeres las que deciden apostar por el empleo público.

En este sentido, la Administración Pública no penalizará la maternidad de las mujeres y no pondrá objeciones a la solicitud de excedencias por cuidado de hijos.

8. Oferta de plazas variada

La oferta de plazas para trabajar en la Administración Pública es variada, encontrando diferentes tipologías de oposición. Así pues, es posible opositar a empleos públicos relacionados con justicia, con sanidad o con educación. 

Existen multitud de oposiciones: desde ingenieros del Estado hasta jueces, pasando por médicos, celadores o bibliotecarios, entre otros.

9. Facilidad en el acceso a la vivienda y a otros préstamos

Otra de las ventajas importantes con que cuenta el empleo público es que facilita el acceso a la vivienda.

Se ha de tener en cuenta que el acceso al mercado inmobiliario es cada vez más complicado. Con precios, tanto de la venta como del alquiler, disparados y requisitos difíciles de cumplir, un funcionario tiene muchas   más posibilidades de acceder a una hipoteca o a un alquiler.

El buen salario que perciben, sumado a una extraordinaria seguridad laboral, hacen de los funcionarios el comprador o arrendatario perfecto. En general, siendo funcionario, la concesión de cualquier tipo de préstamo es mucho más sencilla.

10. Procesos selectivos justos y transparentes

Al empleo público se accede respetando los principios de igualdad, mérito, capacidad, transparencia y seguridad jurídica. Para dar cumplimiento a todos estos principios consagrados en la Constitución Española, los procesos selectivos a través de los cuales se ocupan las plazas convocadas en las Ofertas de Empleo Público son completamente transparentes y basados en los principios de igualdad, mérito y capacidad.

A los exámenes se puede presentar quien reúna los requisitos exigidos en cada convocatoria. Además, las pruebas son anónimas y el temario sobre el que versarán es publicado por el Organismo Público competente antes de la realización del citado examen.

En definitiva, el proceso de selección para ocupar cualquier plaza de empleo público es transparente, seguro, justo y respeta el principio de seguridad jurídica. En este sentido, el acceso al sector público es mucho más justo que el acceso al sector privado, en el que la arbitrariedad puede jugar un papel relevante.