Descubre tu identidad profesional: ¿’thinker’ o ‘doer’? 

Para alcanzar el éxito y la realización personal, puede contribuir comprender la identidad profesional que identifica a cada persona. Los roles más habituales que emergen en este contexto son el thinker y el doer.  

‘Thinker’: la mente analítica

Capacidad analítica, reflexiva y estratégica son habilidades que definen a las personas thinkers. En su día a día disfrutan explorando ideas, desglosando problemas complejos y desarrollando soluciones innovadoras. Suelen tener un enfoque centrado en la profundidad de pensamiento y la planificación meticulosa. 

Cuando hablamos de thinkers, nos referimos a personas que son expertas en la generación de ideas creativas y en la formulación de estrategias a largo plazo. Tienen la capacidad de ver el panorama completo y anticipar posibles obstáculos y soluciones. Por lo general, desarrollan habilidades  para analizar datos, identificar tendencias y proyectar escenarios futuros que los convierte en activos valiosos en cualquier equipo o proyecto. 

‘Doer’: la fuerza de la acción

En el lado opuesto, las personas doers se guían por la acción y la ejecución. Tienen personalidad pragmática, orientada a resultados y disfrutan enfrentando desafíos directamente. Priorizan un enfoque centrado en la implementación efectiva de ideas y la obtención de resultados tangibles en el menor tiempo posible. 

Expertas en transformar sus ideas en acciones concretas. Son líderes en la ejecución de tareas, toma de decisiones rápidas y adaptación ágil a cambios inesperados. Con mentalidad proactiva y capacidad para trabajar bajo presión, se convierten en motores impulsores de proyectos y equipos. 

¿Cómo identificar la identidad profesional?

Ante esta disyuntiva, la pregunta clave es: ¿cuál de estos roles te define mejor? Para descubrirlo, es importante reflexionar sobre la forma de trabajar de cada persona, preferencias y fortalezas. ¿Disfrutas más del proceso de análisis y planificación, o te sientes más cómodo tomando acción y enfrentando desafíos directamente? 

Para muchos profesionales, la respuesta no es tan clara y puede variar según el contexto y las circunstancias. Es posible que te identifiques con aspectos tanto del rol de thinker como del rol de doer, lo cual es perfectamente válido y puede ser una ventaja en ciertas situaciones. 

La importancia del equilibrio en la identidad profesional

Si bien es útil identificar cuál de estos roles se alinea más con cada forma de trabajar, también es importante reconocer que ambos son imprescindibles en cualquier entorno laboral. Las personas thinkers aportan visión, creatividad y estrategia, mientras que los perfiles doers impulsan la implementación, la ejecución y el logro de resultados tangibles. 

Aunque en las empresas existen diferentes tipos de empleados, el verdadero poder reside en encontrar un equilibrio entre la reflexión y la acción, aprovechando lo mejor de ambos mundos. Los equipos y proyectos más exitosos son aquellos que cuentan con una combinación de identidad profesional entre thinkers y doers, trabajando en colaboración para alcanzar metas comunes. 

Estrategias para potenciar tus fortalezas

Si una persona es thinker, puede busca oportunidades para trabajar en proyectos que requieran análisis y creatividad. Si por el contrario es doer, podría enfocarse en mejorar su capacidad de toma de decisiones y gestión del tiempo. 

¿Alguna vez te habías planteado esta duda sobre la identidad profesional? Cuéntanos, ¿eres más thinker o más doer?