Esfuerzo fiscal y presión fiscal: guía para empresarios y trabajadores

En el blog de Ocupa2 intentamos cubrir temas de diversa índole y actualidad que resulten de interés para demandantes de empleo, empresarios, autónomos y trabajadores. La recaudación fiscal y tributaria es una temática que para muchos suena complicada y genera rechazo, pero estar informados es la mejor forma de evitar sorpresas de la Agencia Tributaria, multas o sanciones.

En esta oportunidad dedicaremos nuestro contenido del mes a descifrar dos conceptos tan importantes como el esfuerzo y la presión fiscal. ¿Los habías escuchado antes? ¿Sabes cómo se calculan los impuestos que deben pagar los ciudadanos? Lo aprenderemos.

¿Qué es el esfuerzo fiscal?

El esfuerzo fiscal es un indicador que mide la incidencia recaudatoria de un Estado en su economía. Es decir, nos permite conocer si los ciudadanos de un país pagan muchos impuestos o no. Este cálculo evalúa la relación entre el porcentaje que representan los ingresos públicos de un país respecto al producto interior bruto (PIB), así como a la renta per cápita.

Como adelantábamos, es común que este tipo de conceptos generen rechazo entre pequeños empresarios o autónomos que no son especialistas en la materia. Por eso a veces es recomendable acudir a servicios de asesoría fiscal o solicitar ayuda a las entidades y organismos públicos para evitar problemas. El asesoramiento empresarial ayuda a entender mejor cómo funciona el sistema fiscal de un país y a planificar estratégicamente las finanzas de empresas y emprendedores con el objetivo de maximizar sus beneficios en el marco de la legislación vigente.

¿Cómo calcular el esfuerzo fiscal?

Para obtener el indicador del esfuerzo fiscal, se tiene en cuenta el PIB per cápita de los contribuyentes de ese país o territorio. Su cálculo responde a la siguiente fórmula:

Esfuerzo fiscal = (Presión fiscal / PIB per cápita) x 100

¿Qué es y cómo calcular la presión fiscal?

Para calcular la presión fiscal se utiliza el PIB de un país o territorio. Ambos conceptos están estrechamente ligados, pero su principal diferencia es que el esfuerzo fiscal sirve para saber si los contribuyentes pagan mucho en un territorio, mientras que la presión fiscal se utiliza como indicador para realizar comparativas entre países a nivel tributario.

La presión fiscal no deja medir de forma fiable si han aumentado o disminuido los impuestos en el territorio, ni tampoco reflejaría una medición objetiva que permita conocer si se ha incrementado o se ha reducido la carga fiscal en un territorio.

Sin embargo, el concepto de esfuerzo fiscal también tiene sus detractores. Fundamentalmente, porque su cálculo puede inducir a confusión en casos determinados, en concreto, si las comparaciones de esfuerzo fiscal no se hacen entre países con niveles de renta similares. Además, se están dividiendo dos magnitudes diferentes: una es un porcentaje y otra un valor absoluto. También pudieran darse determinados casos muy extremos en los que el esfuerzo fiscal ofreciera datos erróneos.

Por ejemplo, en países con el PIB per cápita relativamente bajo, debido a que al tener una presión fiscal más baja que otros, puede parecer que el esfuerzo fiscal es alto debido a su menor renta per cápita.

La inflación y los impuestos

Cuando la inflación se desboca y los precios suben, los impuestos ganan aún más notoriedad. Esto ocurre en gran medida por el impacto que tienen en los negocios y en la vida de las personas. En estos momentos, es importante tener un conocimiento claro de lo que se está pagando en impuestos y si los ciudadanos están soportando una carga fiscal elevada.

El esfuerzo fiscal es especialmente útil ante situaciones de este tipo, ya que permite conocer la incidencia recaudatoria de un Estado en su economía. A través de este indicador, podemos saber si los ciudadanos soportan una carga fiscal demasiado elevada en relación con su renta per cápita.

Por otro lado, también se puede utilizar el esfuerzo fiscal para evaluar la eficacia de las políticas fiscales del Estado. Si el esfuerzo fiscal es bajo y la recaudación es insuficiente, puede ser necesario plantearse una revisión de la política fiscal. En cambio, si el esfuerzo fiscal es muy elevado, al igual que la recaudación, puede ser necesario replantearse la política fiscal para reducir la carga fiscal sobre los ciudadanos.

Conocer estos conceptos y contar con el apoyo de una asesoría fiscal especializada puede ayudarte a cumplir con las obligaciones fiscales y a optimizar tu carga tributaria, sobre todo si eres un trabajador autónomo.

¿Estás al tanto de cuáles son tus obligaciones como ciudadano en materia fiscal? Desde Ocupa2 seguiremos publicado estas píldoras informativas para apoyar la evolución hacia una sociedad más informada. ¡Os leemos en los comentarios!